domingo, 12 de abril de 2009

Piratas del siglo XXI


Según Moises Naím, autor de "Ilícito: cómo traficantes, contrabandistas y piratas están cambiando el mundo" , Edit. Debate, 2006, "siempre han existido contrabandistas, traficantes y piratas, pero nunca como hoy, con la capacidad de operar a nivel mundial conectando los lugares más remotos del planeta y las capitales más cosmopolitas a la velocidad de internet o de sus jets privados, con un poder económico que mueve más del 10% del comercio mundial (diez veces más que hace una década), y sobre todo con el poder político que han acumulado en todo el mundo. Nunca antes los criminales habían sido tan globales, tan ricos ni tan políticamente influyentes." Durante la presente semana, semana santa para el mundo católico, la economía criminal ha mostrado uno de sus tentáculos más espectaculares y hollywoodescos: los Piratas Somalíes. De nueva cuenta la atención del mundo se ha concentrado en el secuestro del navio de carga con bandera estadounidense, capitaneado por Richard Phillips, por cuya liberación un puñado de piratas han exigido 2 millones de doláres. Igual ocurrió en Noviembre de 2008 cuando se apoderaron de un Super Carguero de petróleo saudí que transportaba mas de 100 millones de dólares de combustible.
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Los Piratas Somalíes son sólo la punta del iceberg de una actividad que se pensaba extinta, pero que, dados sus altos niveles de rentabilidad está más viva que nunca, así lo demuestra el enorme trasiego de mercancias, drogas, estupefacientes, armas, explosivos y tráfico humano que diariamente se realiza bajo el amparo de los delincuentes que surcan los mares del mundo. Los océanos cubren las tres cuartas partes de nuestro planeta, pero ¿quién gobierna estos mares abiertos?: William Langewiesche, autor de "Mares sin ley" otea el horizonte y "encuentra anarquía, caos y delincuencia. Cuarenta y tres mil buques gigantescos surcan las aguas entre incontables otros barcos que transportan las materias primas y los productos que forman parte de nuestra vida. Son los objetos más independientes de la tierra, la mayoría sin lealtad a ninguna bandera y cambiando de identidad y de nacionalidad a voluntad. Pero esta aparente libertad se ve empañada por naufragios y contaminación, la dura vida de tripulaciones casi esclavizadas, la moderna versión de la piratería o el fantasma del terrorismo mundial (Bin Laden controla una flota de veinte buques). Estos son los mares sin ley que nos presenta con pasión William Langewiesche para recordarnos que los océanos forman parte de nuestro mundo... y que son un territorio siempre desafiante e indomable.

En Nayarit, nuestros mares no están exentos del trasiego que la economía criminal realiza en todos los mares del mundo. La prensa local ha documentado ampliamente la presencia de avionetas lanzando paquetes al mar y de hombres presurosos en sus lanchas listos a recogerlos. Los habitantes de San Blas y Santiago saben mucho de esto, igual que los habitantes de la sierra de la Yesca saben de maletas llenas de dólares que caen del cielo.
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Lo más grave de ésta situación es la red de complicidades políticas e institucionales que medran en torno a las redes de la economía criminal. La indiferencia de los gobernantes, la indiferencia de quienes deberían de combatirla y se aprovechan de ella amenaza con engrosar la lista de Estados Fallidos o en proceso de fallecer.

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